El traje utilizado por los miembros del Imperio Romano es una obra maestra de la vestimenta histórica. Cada detalle ha sido meticulosamente diseñado para reflejar la autenticidad de la época romana. Este incluye elementos estándar que se comparten entre todos los cuerpos del Imperio Romano, así como complementos específicos que varían según el cuerpo o el puesto ocupado.

Entre los elementos comunes se encuentran, las botas, las «enagüillas» decoradas con galones o flecos, la faltriquera ajustada a la cintura, los manguitos de terciopelo del mismo tono que la capa con galones dorados o plateados, la coraza plateada o dorada con la icónica águila bicéfala en el centro, la capa adornada con galones, doble galón o galones y flecos en oro o plata, en función del cuerpo al que se pertenezca o el puesto que se ocupe. También llevan una borla unida a un cordón en la espalda, sujeta al remache del pectoral derecho de la coraza, gola blanca, casco con visera (careta), y un barboquejo ajustable con un lazo fino de seda del mismo color que la capa, que conecta ambos lados, y un morrión de plumas sobre la cimera, que varía en color según el cuerpo o puesto.